DESCARBONIZACIÓN EN ESPAÑA
La descarbonización de la economía en España, retos y medidas para lograr la transición energética
Hoy en día, la descarbonización de la economía en España se ha convertido en un objetivo fundamental y apremiante frente a un clima de creciente concienciación ambiental. Así, la transición hacia una economía baja en carbono no solo es imperativa para mitigar los efectos del calentamiento global, sino que también representa una oportunidad para crear riqueza, generar empleo y mejorar la calidad del aire.
La descarbonización nace como estrategia fundamental para reducir las emisiones de carbono.
En Iberdrola España, estamos comprometidos con la transición a una economía neutra en carbono para 2050. Con tal de continuar a la cabeza de la revolución energética en el país, en el Grupo Iberdrola, del que Iberdrola España forma parte, hemos invertido 120.000 millones de euros en los últimos veinte años y planeamos invertir otros 47 millones hasta 2025. De esta manera, lograremos que más del 80% de nuestros 100 GW de capacidad instalada sean renovables hacia el final de la década.
¿Qué es la descarbonización?
El aumento de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera, consecuencia directa de la quema de combustibles fósiles, ha desencadenado una serie de efectos negativos, entre ellos el efecto invernadero, el calentamiento global y el cambio climático. Ante este escenario, la descarbonización emerge como estrategia fundamental para reducir las emisiones de carbono, especialmente CO2, en la atmósfera, y así transitar hacia una economía global con bajas emisiones y alcanzar la neutralidad climática. Este proceso requiere un cambio estructural que suprima la dependencia del carbono en la producción de energía, lo cual se logra mediante la transición energética hacia fuentes de energía alternativas y limpias, que emitan únicamente lo que el planeta pueda absorber.
Para materializar una descarbonización exitosa de la economía, es necesario implementar medidas integrales y coordinadas que aborden tanto la oferta como la demanda de energía. Esto implica promover la eficiencia energética, incentivar la inversión en tecnologías limpias y facilitar la adaptación de las industrias y los trabajadores a un nuevo paradigma económico. En este contexto, la colaboración y la cooperación entre diferentes sectores son esenciales para impulsar un cambio significativo y sostenible hacia una economía baja en carbono y resiliente al cambio climático.
Datos de la descarbonización y contexto en España
La decidida apuesta de España por alejarse del uso de combustibles fósiles y asegurar una transición energética sólida ha propiciado un marcado aumento en la generación de energía a partir de fuentes renovables. Este impulso encuentra sustento en la ventaja competitiva del país frente a otras naciones europeas, gracias a sus abundantes recursos renovables y extensas áreas disponibles. Según un estudio conjunto del Basque Centre for Climate Change (BC3) y el Observatorio de la Transición Energética y la Acción Climática (OTEA), el auge de las energías renovables en España se tradujo en el cierre del año 2023 con el mínimo histórico de emisiones de gases de efecto invernadero: 271,6 millones de toneladas de CO2, un 7,5% menos que el año anterior. Este hito marca un avance significativo en el proceso de descarbonización de la economía española y en la lucha contra el cambio climático.
Las proyecciones para los próximos años indican que las emisiones de gases de efecto invernadero en España alcanzarán un mínimo sin precedentes desde el inicio de la serie histórica en 1990, incluso por debajo de los niveles registrados en 2020, cuando descendieron un 12% debido a las restricciones de movilidad y la reducción de la actividad económica durante la pandemia. En aquel momento, las emisiones también se situaron por primera vez por debajo de los niveles de 1990, marcando una disminución del 5,6%.
A pesar de los notables avances realizados en España en el ámbito de las energías renovables, es imperativo actuar del lado de la demanda, promoviendo la electrificación del consumo y aumentando para ello la capacidad de las redes eléctricas. La electrificación, junto con el desarrollo de sistemas de almacenamiento y una red de transporte y distribución eficiente, permitiría aprovechar las ventajas de las renovables y la oportunidad industrial que supone la transición energética, atrayendo industria y haciendo a la industria actual más competitiva.
Además, el país se ha comprometido a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en línea con los objetivos del Acuerdo de París, que busca limitar el calentamiento global a 1,5 ºC en comparación con los niveles preindustriales. La meta principal es alcanzar la neutralidad de carbono para 2050, lo que implica reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero a cero. Para alcanzar estos objetivos, España ha diseñado el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030, que establece que el 81% de la generación de electricidad provenga de energías renovables, y que estas supongan el 48% del consumo final de energía. Mientras que el plan buscaba inicialmente reducir, de cara a 2030, en un 23% las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) con respecto a 1990, su actualización aumenta la cifra hasta el 32%.
La descarbonización térmica
La demanda de energía térmica en España continúa representando el 40% de la demanda final, que se reparte aproximadamente a partes iguales entre la industria (donde más del 80% se deriva de la producción del calor y el 20% en emisiones del proceso) y las necesidades de calor y frío en edificios, incluyendo el sector residencial y terciario.
A pesar de los avances logrados para reducir las emisiones de carbono, el ritmo actual de progreso no es suficiente para cumplir con los compromisos climáticos establecidos. Frente a un escenario donde la aceleración de la descarbonización enfrenta diversas barreras comunes a todos los sectores, junto con diferencias significativas entre ellos, surgen tanto desafíos como oportunidades, tanto en términos económicos como para el progreso del proceso mismo. De esta manera, se necesita una aceleración importante para mantenerse en la senda de no superar el 1,5 ºC de aumento medio de la temperatura global a finales de siglo.
Qué es Alianza Q-Cero, unidos por la descarbonización térmica en España
Es en este panorama, surge la Q-Cero, una alianza dedicada a acelerar la descarbonización de la demanda térmica en la industria y la edificación en España. Su objetivo es impulsar medidas concretas y eficaces para reducir la dependencia de fuentes de energía con altas emisiones de carbono, contribuyendo así de manera significativa a la mitigación del cambio climático y al cumplimiento de los objetivos de descarbonización establecidos a nivel nacional e internacional.
La iniciativa, abierta a todos los actores involucrados, tiene como propósito establecer un espacio de colaboración y diálogo para acelerar la transición hacia una economía baja en carbono, centrándose, especialmente, en los demandantes de energía térmica, tanto en el sector industrial como en edificios.
Esta alianza, que cuenta con el respaldo y la facilitación del Centro de Innovación en Tecnología para el Desarrollo Humano de la Universidad Politécnica de Madrid, ha logrado la participación activa de más de cuarenta empresas y organizaciones, entre las que se encuentra Iberdrola España. De este modo, el proyecto se alinea con los esfuerzos de la Unión Europea en la lucha contra el cambio climático, que busca que todos los países miembros reduzcan sus emisiones de gases de efecto invernadero en, al menos, un 55% para el año 2030. ASí, la Alianza Q-Cero se posiciona como un catalizador crucial para promover acciones concretas y colaborativas que conduzcan a alcanzar una economía más sostenible.
Objetivos de la Alianza Q-Cero
Con la misión de acelerar la descarbonización de la demanda térmica en industria y edificios en España, la Alianza Q-Cero presenta numerosos objetivos, en un horizonte de trabajo con especial foco en los dos próximos años:
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Ser un punto de encuentro, que haga especial hincapié en las necesidades de los demandantes de energía térmica.
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Aportar claridad sobre la situación actual, avances, barreras y vías de solución en la descarbonización de las necesidades de calor en los distintos sectores y procesos.
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Impulsar acciones, generar espacios de diálogo y amplificar mensajes para acelerar la descarbonización de la energía térmica y materializar las oportunidades económicas y sociales.
Líneas de actuación de la Alianza Q-Cero
De esta forma, la alianza para la descarbonización de la demanda térmica en España, plantea diferentes potenciales actividades o líneas de actuación:
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Creación de foros de diálogo.
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Obtención de fondos y apoyos públicos para la descarbonización del calor.
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Facilitar el intercambio entre agentes de la cadena de valor.
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Comunicación y difusión de la situación actual, avances realizados y vías de solución.
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Impulso al desarrollo de procesos que permitan la eliminación o disminución de barreras que impiden la aceleración de la descarbonización.
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Impulso al desarrollo y escalado de soluciones tecnológicas disponibles y proyectos de desarrollo en procesos denominados “difíciles de abatir”.
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Apoyo a los distintos agentes (ej. información, herramientas, etc.)
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Impulso al desarrollo de habilidades y la fuerza laboral requeridas: formación y empleo.
Medidas para promover la descarbonización en España
La búsqueda de medidas efectivas para promover la descarbonización en España se ha convertido en una prioridad fundamental en el contexto de los desafíos globales relacionados con el cambio climático y la transición hacia un modelo energético más sostenible. En un mundo cada vez más consciente de los impactos negativos de las emisiones de carbono en el medio ambiente y la sociedad, España se encuentra en un punto crucial de su trayectoria hacia la descarbonización. Este proceso implica la adopción de principios y acciones regulatorias que contribuyan a la creación de un marco sostenible y eficiente para combatir el cambio climático:
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Continuar con el avance de las energías renovables: Incentivar la instalación y expansión de fuentes de energía renovable, como la solar, la energía eólica o hidroeléctrica, para disminuir la dependencia de combustibles fósiles.
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Desarrollo y digitalización de las redes eléctricas: Actualizar y modernizar las redes eléctricas para facilitar la integración de energías renovables, avanzar en la electrificación de la demanda y aprovechar la oportunidad industrial de la transición energética. Ello requiere garantizar las inversiones así como una planificación flexible de las redes, que contemple inversiones anticipadas.
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Avanzar en el almacenamiento de electricidad: Se propone desarrollar medidas y marcos regulatorios que lo hagan posible (agilización de trámites y un marco retributivo adecuado).
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Promover medidas que permitan avanzar en la descarbonización de la industria (en particular del calor industrial), tales como medidas fiscales, ayudas y por supuesto garantizar su conexión a la red.
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Fomento de la eficiencia energética: Implementar políticas y programas para mejorar la eficiencia en el consumo de energía en sectores industriales, comerciales y residenciales, reduciendo así las emisiones de carbono.
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Transición hacia la movilidad y el consumo sostenible: Promover el uso de vehículos eléctricos, así como el transporte público. Para ello, son necesarias ayudas a la compra, medidas fiscales y simplificación de trámites.
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Implementación de regulación y políticas: Establecer normativas y políticas que limiten las emisiones de carbono, fomenten la descarbonización de sectores clave como la industria y la agricultura, y promuevan la adopción de tecnologías limpias y prácticas sostenibles. En especial una fiscalidad homogénea bajo el principio de “quien contamina paga”.
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