MIX ENERGÉTICO EN ESPAÑA

La importancia de un mix energético equilibrado para mantener el sistema eléctrico español competitivo y seguro

Un mix energético diversificado es esencial para que España y el mundo puedan satisfacer la creciente demanda de energía, impulsar una economía sostenible basada en renovables y cumplir con los compromisos internacionales de reducción de emisiones de carbono.

El complejo hidroeléctrico de Cortes-La Muela, ubicado en el municipio de Cortes de Pallás (Valencia), en la cuenca del río Júcar.

Cuando se habla de la seguridad energética, es imposible no mencionar el término mix energético, dada la importancia de su influencia en la vida de las personas. Dependiendo del tipo de su mix energético, un país puede enfrentarse a diversos cambios: fluctuaciones en los precios de la energía, una mayor dependencia de terceros o, incluso, efectos negativos sobre el clima, como el aumento de la frecuencia de eventos climáticos extremos.

 

Por ello, es fundamental planificar un mix energético que sea capaz de minimizar su impacto ambiental y asegurar la disponibilidad de energía a largo plazo.

¿Qué es el mix energético y por qué es clave para el sistema eléctrico español?

Se entiende como mix energético el conjunto de fuentes de energía utilizadas en una determinada zona geográfica para cubrir las necesidades energéticas de los usuarios que viven en su territorio. Estas fuentes pueden incluir recursos no renovables, como el gas natural, o recursos naturales inagotables, como el sol, el agua y el viento, que representan la base de las energías renovables.

Disponer de un mix energético más diversificado y equilibrado, a su vez, contribuye a un mercado energético más competitivo. Como consecuencia, los países obtienen resultados positivos para su economía, como una mayor estabilidad de precios para los consumidores o una reducción de la dependencia de recursos externos. 

 

En España, contamos con un mix energético cada vez más equilibrado gracias a la fuerte inversión en energías renovables y en redes eléctricas de los últimos años. Actualmente, cuenta con una mayor participación de las fuentes limpias de energía en su generación eléctrica, con un especial crecimiento de la eólica terrestre y la solar. Esta transición está siendo clave para reducir las emisiones de CO2, impulsar la electrificación y fortalecer la resiliencia del sistema eléctrico, posicionando a España como uno de los líderes en renovables en Europa.

Composición actual del mix energético en España

Durante los últimos años se ha producido un desarrollo considerable de las tecnologías renovables en España. Tanto es así que la participación de la producción verde en el mix español ha batido un nuevo récord en 2024: casi un 57% de toda su generación proviene de fuentes renovables, una cifra superior a la cuota registrada el año anterior (51,2% en 2023).

 

Las fuentes de energía eólica y la solar ocupan un papel destacado en el mix energético de generación española. Pero, además de estas, también tienen un peso importante otras fuentes, en este caso, de energía de generación síncrona, como la hidroeléctrica y la nuclear. Las fuentes de energía síncrona operan a una velocidad constante y mantienen la misma frecuencia de la red eléctrica, por lo que aportan mayor garantía de estabilidad al sistema eléctrico.

 

Según los datos extraídos del último Informe del Sistema Eléctrico, publicado anualmente por Red Eléctrica de España, la energía generada con origen eólico ha vuelto a ser por segundo año consecutivo la principal fuente de generación eléctrica de nuestro sistema, aportando 23,2% de la energía total consumida. Le siguen las contribuciones de la nuclear (20%) y de la solar fotovoltaica (17%).

 

A continuación, conoce al detalle la distribución de las fuentes de energía en el mix energético actual.

La distribución de las fuentes de energía en el mix energético español (Fuente: Red Eléctrica de España - Informe del Sistema Eléctrico 2024)

Fuentes renovables y no renovables en 2024

El sistema eléctrico español ha vuelto a confirmar la tendencia de crecimiento de las energías renovables, que se está consolidando gracias a la eólica terrestre y la solar fotovoltaica. Sin embargo, algunas tecnologías de generación síncrona, como la hidroeléctrica o la nuclear, continúan cubriendo gran parte de la demanda de la población, siendo fundamentales para la confiabilidad del sistema. Te contamos cuáles son las fuentes más destacadas en España en el último año:


Eólica terrestre

La fuente renovable más importante por su contribución a la generación, la eólica transforma el movimiento de las corrientes de viento en electricidad a través de las palas de sus aerogeneradores. Su papel a medio y largo plazo es fundamental para alcanzar los objetivos de descarbonización.

Nuclear

Proporciona electricidad a través de la fisión del uranio en reactores nucleares, siendo considerada una fuente estable y fiable, ya que no depende de las condiciones del tiempo atmosférico. Por ello, es capaz de aportar inercia al sistema eléctrico, dando respuesta inmediata frente a perturbaciones o fluctuaciones en la red.

Solar fotovoltaica

Utiliza la radiación solar para producir electricidad a partir del efecto fotoeléctrico. Es una de las fuentes de energía renovable más prometedoras y respetuosas con el medio ambiente. En el caso de España, su ubicación geográfica ofrece condiciones ideales para aprovechar al máximo el abundante recurso solar disponible.

Ciclo combinado

La generación de energía por ciclo combinado se produce mediante la combinación de una turbina de gas y otra de vapor, utilizando gas natural. Al igual que las centrales nucleares e hidroeléctricas, ofrece generación síncrona e inercia, lo que dota de estabilidad al sistema. Su principal función es dar flexibilidad a la operación y generación de respaldo cuando no hay otras fuentes disponibles, al menos hasta que exista una mayor implantación de tecnologías de almacenamiento a gran escala como las centrales de bombeo.

Hidroeléctrica

Aprovecha la energía cinética y potencial de los saltos de agua a lo largo de un río para convertirla en energía eléctrica renovable. Las centrales hidroeléctricas de España llevan años contribuyendo a la diversificación de la matriz energética nacional, siendo una tecnología síncrona fundamental para la transición hacia un sistema energético más resiliente. Las centrales de bombeo, por ejemplo, son la opción renovable más eficaz y rentable para el almacenamiento a gran escala.

Evolución del mix energético en la última década

Los datos energéticos de la última década son la prueba de que cada vez se genera más electricidad proveniente de fuentes limpias en el país. Como puede observarse en el gráfico a continuación, desde 2023 las renovables ya suponen más de la mitad de toda la generación eléctrica anual.

Evolución del mix energético español en los últimos años (Fuente: Red Eléctrica)

El papel del mix energético español en la transición energética

En líneas generales, la transición energética se centra en la transformación del sistema energético actual a un modelo basado en fuentes renovables. Es en este punto donde entra en juego la importancia de un mix energético diversificado y equilibrado, capaz de garantizar estabilidad a este nuevo sistema. 


Si nos centramos en la realidad en España, se constata que, desde hace años, ya existe una mayor presencia de las renovables en su oferta energética gracias a la importante inversión de diversas entidades en este tipo de generación en el país. Este hecho revela que la transición hacia un sistema más limpio avanza a pasos agigantados en España, que gradualmente reduce su dependencia de los combustibles fósiles.

Las redes eléctricas, claves para conectar las renovables con la demanda

La red eléctrica que tenemos actualmente en España es una estructura igual de importante que las fuentes de generación del país. Como columna vertebral de nuestro sistema energético, las redes eléctricas cumplen un papel clave en el transporte de la electricidad desde los centros de producción hasta el usuario final.

Sin ellas no sería posible suministrar energía a hogares, fábricas, oficinas y hospitales.
 

Durante los últimos años, el sector eléctrico ha realizado un gran esfuerzo para sustituir centrales emisoras de carbono por plantas de generación renovable. Ahora, el verdadero reto está en electrificar otros usos energéticos, como la generación de calor y el transporte, que todavía dependen de la quema de gas y petróleo. Para ello, es imprescindible seguir invirtiendo en electrificación y en el desarrollo y ampliación de la red eléctrica, de forma que la energía limpia llegue al consumidor. Actualmente, la falta de capacidad de conexión en la red eléctrica es el gran cuello de botella que obstaculiza la transición energética y la descarbonización de la economía.

 

Además, un elemento clave en la actualidad es el estancamiento de la demanda frente al crecimiento de las renovables en los últimos años. Por ello, la solución efectiva consiste en impulsar y aumentar la demanda mediante el desarrollo del vehículo eléctrico, la electrificación de la industria y del calor. En este contexto, las redes eléctricas juegan un papel imprescindible.

 

La Comisión Europea señala, en su Plan de Acción de Redes, que se necesita una inversión de 584.000 millones de euros en redes hasta 2030, para, entre otras cosas, dar cabida a más renovables. La incorporación de energías limpias al mix energético requiere una infraestructura moderna y flexible, que sea capaz de integrar las diferentes tecnologías de generación junto con la electrificación de la demanda.

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